Tengo una sección en el programa matinal de Onda Cero Marbella donde converso todas las semanas sobre temas de psicología con los encantadores Concha Montes y Julio Rodríguez.
El otro día, me entrevistaban vía telefónica desde mi consulta de psicólogo en Marbella sobre si la terapia de pareja es realmente útil. Y joder, me pareció un tema señor padre.
Si estás vago y no te apetece leer, te haré spoiler. Sí que funciona.
Ahora empiezan los peros y las matizaciones.
Funciona cuando no vas a terapia de pareja pensando que llevas razón y buscas en el psicólogo un juez que determine quién es el culpable de la relación y que le diga a tu pareja que tiene que hacerte caso.
Funciona cuando asumes que lo que pasa en una relación es siempre consecuencia de cómo funcionais los dos. Que es un guiso que cocinais y os coméis entre los dos. Que tus actos muchas veces (desde luego no siempre) son consecuencia y causa de los del otro y al revés.
Funciona cuando buscáis un psicólogo capaz de entender y empatizar con ambas partes, siendo capaz de validar esas creencias pero sin tomar partido por ninguno de los dos.
Funciona cuando no se va a terapia habiendo firmado el acta de defunción de la terapia. Normalmente éste es uno de los problemas frecuentes, que se acude a terapia cuando las cosas están tan deterioradas que uno de los dos ha tomado una decisión firme y ya no hay mucho que hacer. No dejes que la gangrena se extienda, acude antes de estar en la mierda absoluta.
Funciona cuando entiendes que el psicólogo puede y debe ayudaros con otros puntos de vista y técnicas, pero depende de ti que el dolor y los problemas de tu pareja te conmuevan y no solo te enfaden. También cuando interiorizas que el terapeuta no puede crear un sentimiento de amor que ya no está.
Funciona si asumes que la terapia va de remover la mierda y afrontar los problemas, no hablar sólo de cómo recuperar la ilusión y que se ha pasado página y hay temas del pasado que no se pueden tocar.
Funciona con una expectativa realista de qué es una pareja: que discutir y el conflicto forma parte de ella y que no tienen nada malo si son constructivos (lo que no hará que sean desagradables) y que por mucha terapia que hagas las dudas, los problemas y las subidas y bajadas forman parte de la vida en pareja (y de la vida en general)
Funciona cuando interiorizas que para que el otro cambie tú también tienes que cambiar. Que un acuerdo solo es bueno si ambos tienen la sensación de que han renunciado a cosas, pero también ganado cosas. Si no hay un punto incómodo para los dos, mal asunto… En definitiva, que o follamos todos, o la puta al río.
También, para terminar una reflexión: «¿Qué es que una terapia funcione?». Cuando daba terapia familiar y de pareja sistémica como profesor en la universidad les decía a mis alumnos que para mí el objetivo de una terapia de este tipo no es que sigan juntos, si no desbloquear una situación de sufrimiento: bien sea arreglando las cosas y permitiendo continuar en algo satisfactorio para los dos o bien acabar con algo que ya no es útil de la forma menos dolorosa posible. Y eso es lo que intento hacer cuando hago terapia de pareja en Marbella o Granada en mi día a día.