Por desgracia, la psicología, es una disciplina que vive enfrentada: La guerra de paradigmas y modelos es exasperante para quienes tratamos de buscar que hay en común entre los diferentes tipos de psicoterapia, ya que si ningún modelo se ha impuesto, probablemente sea, porque todos llevamos parte de razón.
Este eterno conflicto, lleva a que cada corriente no observe lo que estudian las otras, descatalogándolo de ante mano, para luego proponerlo años más tarde, pero claro está, cambiándole el nombre para no darle la razón al rival, así, encontramos que las psicoterapias humanistas están ahora, con la Terapia Focalizada en la Emoción de Leeslie Greenberg, estructurando las psicoterapias (algo que los cognitivo-conductuales llevan haciendo desde los 80), la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) de la Tercera Generación incorporan aspectos como los valores del individuo (aspecto que el psicoanálisis recogía como súper-yo o las psicoterapias humanistas al hablar de valores y espiritualidad)… La lista es extensa y penosa.
En esta entrada, quiero hablaros de la comparativa existente entre el Focusing y la Gestalt, y el tan de moda Mindfulness. Quiero dejar claro, que yo soy un psicoterapeuta gestáltico, a pesar de ello, durante mi formación en psicología cognitivo-conductual aprendí muchas cosas que me son muy útiles, y siempre acabo haciendo cierto trabajo cognitivo con mis pacientes… Esta inquietud de ver qué me pueden aportar otros modelos, me llevó a centrarme en el Mindfulness, y pronto, encontré multitud de paralelismos, más allá de la clara influencia de las filosofías orientales.
Jon Kabat-Zinn, uno de los creadores del Mindfulness lo define como: “la consciencia plena implica prestar atención de un modo particular: con un fin, en el momento presente y sin juzgar”.
El Mindfulness es una habilidad que se basa en centrarse en lo que está ocurriendo en este mismo instante, estando abiertos a los hechos y a lo que ocurre, simplemente observándolos y sin juzgarlos, aceptando nuestro divagar sensorial y aceptando radicalmente aquello que ocurre y emerge a nuestra conciencia y en nuestro cuerpo, ya que si bien podemos decidir dónde ponemos nuestra atención, no buscamos modificar esta experiencia, sino dejarnos llevar y vivirlas, renunciando al control más allá de elegir qué experiencias decidimos vivir así.
Se basa, por tanto, en vivir la experiencia, observándola, más que en intentar hacer algo con la experiencia. Los creadores del Mindfulness postulan que las personas ante sus experiencias pueden decidir actuar en dos “modos” de funcionamiento: El Modo Hacer y el Modo Ser. La primacía del Modo Ser (consciencia plena, pensamientos, sensaciones y emociones como fenómenos psicológicos) frente al Modo Hacer (manejar y responder a la situación y lo que provoca) es en lo que se basa esta técnica de Consciencia Plena.
Habiendo aclarado cuales son los aspectos más generales del Mindfulness, expondré ahora los equivalentes del Focusing.
En palabras de su creador, Gendling: “es el proceso activo, dinámico de enfocar focalizar o poner bajo el foco determinadas sensaciones, sentimientos y al mismo tiempo es la técnica que permite describir paso a paso los significados implícitos de nuestra experiencia y cambiar al unísono con ella. Y atendiendo todo ello a un registro corporal”.
El Focusing se basa en percibir la Sensación Sentida en el organismo del paciente, de forma que podamos atender a lo que ocurre en nuestro cuerpo, como expresión de sentimientos y deseos que no pueden ser verbalizados, o que al hacerlo, pierden un matiz importante. Se trata de centrarnos en nuestra experiencia fisiológica como muestra de realidad de ese proceso psicológico, para acceder a su entendimiento a través de su expresión corporal. A través de atender a estas sensaciones, la mente puede acceder a información ante sucesos a los que nuestro cuerpo ya está reaccionando. El Focusing permite no sólo entender mejor nuestras emociones y necesidades y facilita su expresión, sino que también permite provocar cambios en ellas a través de modificar la Sensación Sentida.
Como características hablaríamos de poner el foco en el aquí y el ahora, de tener una actitud de exploración ante nuestra sensación sentida, de dar primacía a lo sensorial a través de nuestro registro corporal. Se trata de una habilidad procedimental, que difícilmente puede ser explicada con palabras, sino que se basa en el proceso experiencial en su adquisición a través de la práctica.
Como vemos, la definición que acabamos de citar, presenta multitud de conexiones con el Mindfulness, técnica que habla también del significado per se e implícito en la experiencia, entendiéndola como generadora de cambio de por sí una vez que es sentida de forma plena. Además, ambas hablan de dirigir el foco atencional a las sensaciones y sentimientos que emergen como camino de comprensión de ciertos significados que la experiencia tiene en nosotros.
Además, el Focusing también es concebido como una habilidad procedimental y de contenidos no declarativos, como una capacidad que se desarrolla con la práctica y que al principio es difícil y costosa de adquirir, compuesta por una serie de destrezas específicas entorno al acto crucial interno y lo corporal, y que es esto, y el cambio que implica en la relación con la problemática, el hecho de tener una sensación diferente entorno a los problemas (que Mindfulness llamaría consciencia plena), lo que moviliza el cambio. Busca la consciencia de la Sensación Sentida como forma de afrontamiento (lo que en Mindfulness se denomina Modo Ser).
Volvemos a encontrar infinidad de elementos comunes: estar abiertos a la experiencia sin juzgar con una actitud de gentil bienvenida, trabajar con la sensación momento a momento y no caer en patrones de rumiación para buscar soluciones porque se perciban diferencias entre el estado deseado y el actual, actitud intermedia entre sumergirse en los problemas y huir de ellos, prestar atención a su mundo interior y de cómo se relacionan con su cuerpo en lugar de atender solo a sus pensamientos evaluadores o a su estado anímico, entendiendo estos como fenómenos mentales pasajeros, no caer en los viejos patrones que no han dado solución al problema y una mayor capacidad de debido a la complejidad de su estudio por consciencia en su sentido más pleno.
Más revelador aún es observar las palabras que realiza Alemany sobre las implicaciones del Focusing y por qué se produce realmente el cambio en los pacientes:
“…Si ahora lo vemos desde el lado del cliente, constatamos que los clientes que saben cómo funciona Focusing pueden funcionar muy bien en una terapia experiencia con un terapeuta experto en Focusing, pero pueden funcionar parecedimanete bien en otro tipo de terapias, donde el terapeuta no conoce para nada esta técnica. La razón es que para Gendlin lo experiencia es el potenciador nato de cualquier tipo de terapias, y el que explica el posible cambio terapéutico que allí se da. En estos casos el cliente se implica en tareas que propone el terapeuta, pero desde el contacto con la experiencia corporal que va teniendo en cada una de ellas.” (Alemany, C. 2007. Manual Práctico del Focusing de Gendlin. pag 213. Descleé de Brouwer. Bilbao).
Es decir, postula algo muy similar a la idea expuesta por Segal, Williams y Teasdale de que el cambio se da a través de la experiencia del sujeto y de cómo se relaciona con el problema, no de las técnicas que buscan cambiar el problema en sí.
Referencias Bibliográficas:
Alemany, C. (2007). Manual Práctico del Focusing de Gendlin. Descleé de Brouwer. Bilbao.
Del Charco Olea, Buenaventura (2012). Mindfulness y Depresión- Revisión Bibliográfica (Trabajo Fin de Máster). Madrid: Universidad Pontificia Comillas.
Segal, Z., Williams, M., & Teasdale, J. (2002). Mindfulness- based cognitive therapy for depression: A new approach to preventing relapse. New York: Guilford Press. (Publicado en España como Segal, Z., Williams, M., & Teasdale, J. (2002). Terapia cognitiva en la depresión basada en la consciencia plena. Un nuevo abordaje para la prevención de recaídas. Bilbao: Desclée 2008)